Transporte animal: La AESA propone límites de temperatura y más espacio para cada especie

sector ganadero

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) ha presentado sus primeras recomendaciones para mejorar la reglamentación comunitaria sobre las condiciones de transporte de los animales de granja. El organismo sugiere proporcionar más espacio a los animales, fijar una temperatura máxima y reflexionar sobre una regulación de la duración de los trayectos. Sobre esa base, la Comisión Europea presentará sus propuestas hacia finales de 2023.

En una serie de dictámenes sobre la mejora del bienestar animal durante su transporte, publicados el 7 de septiembre, la AESA propone que se dé más espacio al ganado, se reduzca la temperatura máxima y se reduzca también la duración de los traslados. Plantea umbrales diferentes para cada especie evaluada (bovinos, pequeños rumiantes, équidos, cerdos, aves, conejos) a la Comisión Europea, que prepara propuestas legislativas para finales de 2023 con el fin de reforzar el bienestar de los animales en todas las fases de la cadena de producción (explotaciones, transporte, sacrificio).

Por ejemplo, para los bovinos plantea una temperatura máxima de 25ºC y un espacio de 1,79 m2 por animal (de 400 kilos). En el caso de los cerdos recomienda una temperatura máxima también de 25ºC y un espacio de 0,62 m2 por animal (de 110 kilos) y para los ovinos un máximo de 32ºC y un espacio de 0,43 m2.

No hay una propuesta estricta sobre la duración del transporte

Por el contrario, la AESA no se pronuncia sobre una duración máxima estricta del transporte, pero plantea para cada especie unas horquillas dentro de las cuales tendrían que decidir los legisladores. En todo caso, advierte que «la duración del viaje debería reducirse al mínimo». Los bovinos tienen sed después de nueve horas y hambre después de doce horas. Según la AESA, estos datos deberán tenerse en cuenta para definir un tiempo de transporte máximo. De acuerdo con esas horquillas, tendría que fijarse una duración máxima de entre 8 y 12 horas para los cerdos, entre 9 y 12 horas para los bovinos y de 12 horas como máximo (incluido el descanso) para aves y conejos.

El organismo advierte que la duración máxima del viaje debe tener en cuenta el estrés (y en ocasiones el miedo) que tendrán los animales de forma continua y añade que, «para poner fin a la exposición a los peligros del transporte y para que los animales puedan comer, beber y recuperarse, hay que descargarlos del vehículo en los locales adecuados». En el caso de los pollitos de un día la respuesta es mucho más clara: «la única forma de evitar cualquier consecuencia sobre el bienestar es transportar los huevos fecundados y hacerlos eclosionar en la granja de destino».

La AESA ha organizado para el 26 de septiembre un evento público en el que se presentarán los resultados de estos dictámenes científicos, junto con otros que se han publicado recientemente, como el relativo al bienestar de los cerdos. A continuación se abrirán consultas públicas.

En opinión de la ONG Compassion in World Farming (CIWF), estas conclusiones de la AESA, «aunque prudentes», ponen de manifiesto los peligros a los que están expuestos los animales en el marco de la reglamentación actual y confirman que el espacio, las temperaturas máximas y la reducción de la duración de los trayectos serán cuestiones clave a abordar cuando se revise la normativa. La ONG también espera que la Comisión Europea adopte «una posición firme contra las exportaciones a países que no respetan nuestras normas de protección de los animales»

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