Luz verde a la inclusión de cuatro razas bovinas más en la IGP `Carne de Cantabria´

Se trata de la blonda de Aquitania, la fleckviev, la charolesa y la pirenaica

Semental de la raza monchina (Fuente: MAPA)

La Comisión Europea ha dado el visto bueno a la inclusión de cuatro razas bovinas más en la Indicación Geográfica Protegida `Carne de Cantabria´. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación informó de ello esta semana a la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria .

Esta ampliación supone incluir dentro de la IGP ‘Carne de Cantabria’ (que engloba actualmente a las razas tudanca, monchina, pardo-alpina, limusina, asturiana y sus cruces) otras razas de ganado bovino que se crían tradicionalmente en Cantabria, como son la charolesa, pirenaica, blonda de Aquitania y la fleckvieh, así como para modificar la mención de la raza pardo-alpina por la de ‘parda de montaña’.

Se trata de la charolesa, pirenaica, blonda de Aquitania y la fleckvieh

La Comisión ha dado luz verde a la incorporación de estas razas, una vez ha quedado demostrado que las características físico-químicas y organolépticas son similares a las que ya formaban parte de la IGP.

El consejero de Desarrollo Rural, Guillermo Blanco, ha valorado que la inclusión de estas razas supone incorporar a este sello de calidad a más de 240 ganaderos cántabros y cerca de 10.000 reses.

La producción de carne de estas nuevas razas incluidas se verá amparada por la IGP con el objetivo de generar rentas a los ganaderos, asentar a la población rural y ofrecer a los consumidores de un producto obtenido de forma tradicional y con las máximas garantías de calidad y trazabilidad.

Un largo camino

La Consejería impulsó en 2001, junto con las organizaciones agrarias de la región, la creación de un sello de calidad para reconocer y amparar la producción de carne de Cantabria.

Ese mismo año se aprobó el reglamento de la IGP ‘Carne de Cantabria’ y pasó a formar parte del registro de productos de calidad de la Unión Europea en 2004.

De ese modo, se regulaban tanto las razas autorizadas, como el sistema de producción, la alimentación y la presentación del producto, teniendo en cuenta que todo el proceso desde que nace el animal hasta el sacrificio ha de realizarse en Cantabria.

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