El paquete de medidas para apoyar al sector agrario aprobado por el Gobierno el martes a propuesta del ministro de Agricultura, Luis Planas, con el objetivo de desactivar las movilizaciones es confuso, difuso y obtuso en la parte de la cadena alimentaria y los llamados precios justos, además de inaplicable.
En el resto, lo que de verdad destaca es que no ponen prácticamente un euro, al contrario de lo que han hecho en Alemania, donde han aprobado medidas dotadas con 1.000 millones de euros para un periodo de cuatro años, y en Francia con un plan que cuenta con 150 millones de euros. Aquí, como destacamos la semana pasada, nada de nada, rien de rien o niente di niente.
Es confuso porque, como dice el diccionario de la Real Academia Española, las medidas están mezcladas, revueltas, son oscuras y dudosas. Hay que calificarlo de difuso porque las medidas son vagas e imprecisas. Y obtuso porque se trata de un paquete muy torpe. Y es inaplicable, por eso, porque es inaplicable.
En el capítulo de las otras medidas, lo que destaca es que no hay dinero. Es decir, como gritaría un mago, nada por aquí, nada por allí. Es verdad que se mantiene el sistema de módulos, pero ¿es que acaso pensaban suprimirlo? Porque eso, lo de la supresión, no lo incluyeron los socialistas en su programa electoral.
Respecto a los seguros agrarios, Planas y su equipo dicen que van a aumentar su financiación, pero no sabemos en cuánto. Eso estará muy bien, si es que llega. El problema radica también en que el monopolio de hecho Agroseguro sigue subiendo las primas en la mayor parte de las líneas y reduciendo las coberturas, lo que supone un doble encarecimiento que pagarán las Administraciones con dinero público, y los agricultores y ganaderos.
En resumidas cuentas, medidas difíciles de aplicar, por no decir imposibles y migajas, porque detrás no hay un paquete presupuestario al estilo del francés y del alemán. Eso, y no otra cosa, es el paquete de Planas, un auténtico paquete en todos los sentidos.