César Lumbreras: Para los agricultores y ganaderos, menos dinero; para los funcionarios comunitarios, habrá más

Por César Lumbreras

La Comisión Europea, dignamente representada en España por Francisco Fonseca, ha perpetrado dos importantes ataques al sector agrario europeo en los últimos diez días. El último de ellos ha tenido lugar esta semana, cuando presentó su propuesta sobre el Instrumento de Recuperación económica para apoyar a los Estados miembros en su salida de la crisis actual. Las cifras hablan por sí solas. Si se aprueba la propuesta de la Comisión Europea, dignamente representada en España por el susodicho, a la vez que redicho Francisco Fonseca, el citado instrumento estaría dotado con 750.000 millones de euros, de los que solo 15.000, es decir, el 2 por ciento, irá a parar a la PAC y se destinarán a la política de desarrollo rural. Eso es todo para un sector estratégico, que también se está viendo afectado por la crisis. En lo que respecta al Marco Financiero 2021-27, plantea una pequeña subida de 4.000 millones de euros en relación con la propuesta que presentó hace dos años. Unas limosnas que no evitan que el dinero de la PAC durante los próximos siete años baje un 9 por ciento en relación con la cantidad actual. Eso siempre y cuando las propuestas se aprueben tal y como están por los Jefes de Estado y de Gobierno y por el Parlamento Europeo.

Es la hipoteca presupuestaria a la que me refería la semana pasada, durante la que se presentaron las estrategias de la granja a la mesa y biodiversidad horizonte 2030, que afectan de lleno al sector agrario de la UE. Sin embargo, durante su preparación por parte de la Comisión no se ha contado con la cadena agroalimentaria entendida en sentido amplio: no se ha hablado con el sector, ni con los eurodiputados, ni con los ministros de Agricultura, ni con el comisario de Agricultura, que, por mucho que se empeñe en negarlo el ínclito Francisco Fonseca, ha estado desaparecido a estos efectos, lo mismo que ha estado ausente de la negociación presupuestaria. Si esas dos estrategias llegan a buen puerto tal y como están redactadas, los agricultores y ganaderos tendrán que reducir a la mitad el uso de productos fitosanitarios y de antibióticos. También deberán recortar el consumo de fertilizantes y dedicar a la agricultura ecológica el 25 por ciento de la superficie agraria de cada Estado miembro.

En resumen, lo verde estará por encima de lo agrario y de lo productivo, con mayores exigencias de todo tipo, y, a cambio, un menor presupuesto para la PAC. Eso sí, habrá menos dinero para los agricultores, pero los sueldos de los funcionarios como Francisco Fonseca, que no son bajos precisamente, no se tocan, porque el gasto destinado a la administración pública europea, no solo no baja, sino que sube. Pasa de 69.000 a 75.000 millones de euros en siete años. Para los agricultores y ganaderos, recortes; para los funcionarios como Francisco Fonseca, subidas. La crisis no es igual para todos.

 

Por César Lumbreras

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