
Según nos cuentan nuestros oyentes, a estas horas está lloviendo en una gran parte de España. Una buena noticia para la sementera de cereales, por ejemplo de la cebada, que ya ha superado en algunas lonjas, y para las variedades más caras, las 45 pesetas por kilo. Aunque nunca llueve a gusto de todos, la realidad es que, con carácter general, cada gota de agua equivale a unos céntimos de euro, o incluso a un euro dependiendo de las zonas.
Bienvenidas sean, por lo tanto, las precipitaciones que caen a estas horas, porque lo otro que “cae” da miedo. Me refiero al incremento de los costes de producción a los que deben hacer frente los agricultores (electricidad, combustibles, gas, fertilizantes..) y los ganaderos (sobre todo los piensos). Y lo anterior con un agravante, porque por regla general ellos no pueden repercutir ese aumento de los costes en los precios de los productos que venden.
Ese no es el único problema, porque también deben hacer frente en algunos casos a escasez de productos o de materiales que son de uso habitual en sus explotaciones. Pero, los anteriores, no son problemas exclusivos de los agricultores y ganaderos. Los consumidores, que al final somos todos, nos enfrentamos también a incrementos de los precios de todo tipo de bienes y servicios y, aunque de momento no falta ninguno de los bienes de primera necesidad, tampoco se debe descartar algún problema de abastecimiento si persiste la situación actual. Ahí tenemos el ejemplo de los coches.
Nos enfrentamos también a incrementos de los precios de todo tipo de bienes y servicios
La segunda mitad del otoño va a ser dura, lo mismo que todo el invierno. Según las previsiones de la Comisión Europea la crisis energética durará como poco hasta la primavera. Y, luego, ya veremos. Es verdad que, salvo algún hecho puntual, durante la pandemia no hubo problemas de abastecimiento de los productos de primera necesidad. Sin embargo, ahora, en la postpandemia, puede que sí se registren dificultades si persiste la situación actual.
Coincidencia, o no, la realidad es que la Comisión Europea va a presentar en los próximos días una Comunicación en la que planteará medidas para reforzar la resistencia del sector agroalimentario a la hora de hacer frente a situaciones de crisis, como la que estamos comenzando a vivir. Se tratará en definitiva de garantizar el abastecimiento y la seguridad alimentaria en tiempos de crisis.
Esperemos que esas medidas no lleguen tarde. Y, cuidado, porque la Estrategia ‘ de la Granja a la Mesa´ de la propia Comisión Europea va a provocar menos producción de alimentos y que estos sean más caros.