Las concentraciones de gases de efecto invernadero, la subida del nivel del mar, el contenido calorífico de los océanos y la acidificación de éstos, es decir, los cuatro indicadores clave para medir el cambio climático, alcanzaron niveles récord el año pasado, según alerta un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Sin embargo, el año pasado no hubo temperaturas récord, como consecuencia de la influencia del fenómeno meteorológico de la Niña. No obstante, la media mundial superó en aproximadamente 1,11 grados los niveles preindustriales, según apunta el informe.
Las actividades humanas están provocando cambios a escala planetaria en la tierra, el océano y la atmósfera
En cambio, hubo récords regionales de temperatura en continentes como Norteamérica (54,4 grados alcanzados el 9 de julio del pasado año en el Valle de la Muerte de California) o en Europa (48,8 grados en Sicilia, el 11 de agosto).
Según la OMM, los datos «son un nuevo ejemplo patente de que las actividades humanas están provocando cambios a escala planetaria en la tierra, el océano y la atmósfera, y de que éstos entrañan repercusiones nocivas y duraderas para el desarrollo sostenible y los ecosistemas”.
El nivel medio del mar alcanzó nuevos máximos al subir un promedio de 4,5 milímetros anuales durante el periodo 2013-2021
Asimismo, el texto da cuenta de que la acidificación de los océanos (que se produce por la absorción que estos hacen de parte de las emisiones antropógenas de dióxido de carbono) ha causado que el PH de los mares esté en su nivel más bajo de los últimos 26.000 años.
El nivel medio del mar a escala mundial alcanzó nuevos máximos al subir un promedio de 4,5 milímetros anuales durante el periodo 2013-2021, un ritmo dos veces mayor al registrado entre 1993 y 2002 y que se debe a una aceleración de la pérdida de masa de los mantos de hielo.