Los precios del porcino de capa blanca repitieron en Lérida tras dieciséis semanas consecutivas de repuntes. El cerdo normal se mantuvo en 1,722 euros por kilo vivo, mientras que el lechón de 20 kilos continuó al alza.
Según fuentes de los operadores, aunque las repeticiones son generalizadas en toda la Unión Europea, los precios siguen muy elevados. La demanda de animales vivos sigue siendo alta por parte de los mataderos.
Comentario de la Lonja de Binéfar
Según estas fuentes, se da continuidad en la intensidad de la demanda frente a una oferta más limitada a pesar de la progresiva pero lenta recuperación de los pesos. De este modo, se confirman las tendencias alcistas semana tras semana.
Por el contrario, no se da la misma dinámica en las ventas; unas ventas, en este caso, deprimidas. El principal factor restrictivo es el temor a unas ventas más bajas, ya que es probable que el consumo se vea afectado por la alta inflación.
Según esta Lonja, también se muestran desaceleradas las demandas provenientes de China, que aunque siguen pidiendo, quieren confirmar precios más bajos y han hecho cierres con otros proveedores de otros destinos.
Además, siguen presentes los altos costes energéticos a los que las industrias cárnicas tienen que hacer frente, así como los costes de la alimentación que no dejan de fluctuar.
Nuevas subidas en los lechones
En Binéfar (Huesca) se anotaron nuevos aumentos en las cotizaciones de los lechones, tanto nacionales como de importación, aunque con distinta intensidad.
Sube 0,50 euros el lechón pequeño de casa. La demanda sigue mantenida por la menor oferta que se viene dando desde hace meses, debido a la incidencia de la afectación sanitaria.
Esta semana se pide más por los lechones importados que suben 2 euros. De hecho, la continuidad en las subidas del cebado hace que se dé una demanda adicional de lechones en las distintas plazas de referencia europea.
Por lo tanto, por el momento, existe aceptación de estos precios por parte de los compradores, aunque hay que tener presente los altos costes de alimentación y de la energía, que sí podría suponer hacer un pensamiento.
