En la tarde del 14 de julio se registró una fuerte tormenta de lluvia, viento y pedrisco en la comarca de Utiel-Requena (Valencia) que provocó graves daños en 30.000 hectáreas de cultivo.
Según AVA-ASAJA, ha sido la tormenta «más devastadora» de los últimos 30 años en esta zona y ha estimado pérdidas por valor de 30 millones de euros. Por su parte, La Unió de Llauradors, tras visitar la zona siniestrada, ha estimado pérdidas de más de 20 millones de euros.
Ambas organizaciones coinciden en que la tormenta «golpeó» unas 30.000 hectáreas, de las cuales casi 15.000 registran daños superiores al 70% de la producción. La franja que se ha llevado la peor parte es la mitad oeste de la comarca de Utiel-Requena, sobre todo los términos municipales de Camporrobles, Fuenterrobles, Villargordo del Cabriel y Venta del Moro.
Cultivos más afectados
El cultivo más castigado es la viña, no solo por la destrucción de cosechas de cara a la próxima vendimia, sino también por las lesiones en la madera que dificultarán las labores de poda y repercutirán negativamente en la producción de los años siguientes.
Asimismo, el arrastre de tierras ocasionado por las precipitaciones torrenciales ha tumbado estructuras de espalderas que sostienen las viñas, lo que obligará a los agricultores a realizar inversiones para replantar sus explotaciones.
Otros cultivos severamente afectados son el almendro y el olivar (con especiales daños en aquellos plantones jóvenes que han sido literalmente arrancados del suelo) y los cereales pendientes de segar.
En cuanto a las infraestructuras agrarias, además de las espalderas de viñedo, se aprecian graves desperfectos en caminos rurales, muros, márgenes de campos o instalaciones de riego, han añadido.
Medidas
Ante esta situación, AVA-ASAJA ha solicitado a la Conselleria de Agricultura que facilite, a la mayor brevedad posible, tratamientos fungicidas que permitan cicatrizar las heridas en la madera y evitar así la introducción de hongos en el interior de los cultivos.
También ha reclamado a las distintas administraciones una serie de ayudas directas y medidas fiscales que permitan a los agricultores compensar parte de las pérdidas sufridas. Cabe recordar que en el cultivo de la vid el nivel de contratación del seguro no alcanza el 50% de la producción, por lo que AVA-ASAJA insiste a la Administración en que haga una apuesta clara y decidida por los seguros agrarios.
En este sentido, La Unió de Llauradors ha informado de que ya ha solicitado a Agroseguro que haga una inspección de la zona afectada y agilice el proceso de las peritaciones para que comiencen lo más pronto posible
Imágenes de los daños
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