El pleno del Parlamento Europeo (PE) aprobó hace unos días su posición sobre la nueva directiva que busca ayudar a los consumidores a tomar decisiones respetuosas con el medio ambiente y alentar a las empresas a ofrecerles unos productos más duraderos y sostenibles.
En el marco de la misma, los eurodiputados defienden que se prohíban en las etiquetas reclamos generales del tipo «respetuoso con el medio ambiente», «natural», «biodegradable», «climáticamente neutro» o «ecológico» si no están respaldados por pruebas específicas. También quiere prohibir las alegaciones ecológicas basadas únicamente en sistemas de compensación de carbono.
Para simplificar la información sobre los productos, el Parlamento Europeo está a favor de que solo se usen ecoetiquetas que tengan detrás unos sistemas de certificación oficiales o respaldados por la Administración.
El Consejo de la Unión Europea adoptó su posición sobre este asunto a principios del mes de mayo, por lo que ya pueden comenzar las negociaciones en trílogo para llegar a un acuerdo definitivo.