El Pregón de César Lumbreras: Una nueva PAC, sin pies ni cabeza

Imaginemos la siguiente situación: un Gobierno dicta una norma, sin pies ni cabeza y de imposible cumplimiento, en la que, además, se establecen una serie de sanciones. Por parte de los sectores afectados se avisa de que esa norma, ley, decreto o reglamento, como se quiera llamar, no se va a poder cumplir. Y, el Gobierno en cuestión, cuando se da de bruces con la situación real, va y dice que el primer año no se aplicarán las multas y que, en el segundo, se reducen a la mitad. Y, digo yo, ¿no hubiese sido mejor establecer unas normas realistas y que se puedan cumplir? Pues todo eso es lo que ha sucedido con la PAC que ha entrado en vigor este año y con el instrumento más novedoso, como son los eco-regímenes.

Ante el lío que supone su puesta en marcha, ante su complejidad y ante la imposibilidad de cumplir con esas reglas del juego, el Gobierno, a propuesta de Luis Planas, ha decidido que este año no habrá multas ni sanciones si se detectan infracciones en la aplicación de los citados eco-regímenes; para 2024 las multas serán solo de la mitad.

Estamos ante la prueba del nueve de que Planas y sus mariachis viven alejados de la realidad

Bienvenida sea esta medida, que viene a demostrar lo que se había avisado por una gran parte del sector agrario desde el mismo momento en el que Luis Planas presentó su propuesta de Plan Estratégico de la PAC: que esas medidas eran de muy difícil cumplimiento. Estamos ante la prueba del nueve de que Planas y sus mariachis viven alejados de la realidad. Pero no son los únicos, porque el problema arranca con las propuestas iniciales de la Comisión Europea, ya de por sí muy complicadas; luego, el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo hicieron una nueva PAC más enrevesada y, finalmente, los Estados miembros, por lo menos en el caso concreto de España, acabaron de rizar el rizo de la complicación.

Y, digo yo: ¿no hubiese sido mejor hacer normas sensatas, realistas y que se puedan cumplir, en lugar de parir unas reglas del juego insensatas e imposibles de cumplir, por lo menos durante sus primeros años de vigencia, lo que ha obligado a anunciar a bombo y platillo que las multas previstas quedan en suspenso este 2023, primer año de aplicación, y se reducen a la mitad para 2024? Y que no nos vendan ahora esta flexibilización como una prueba de sentido común. No, el sentido común lo que dicta es que hay que hacer, de entrada, unas reglas del juego sensatas y pegadas a la realidad.

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