El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) está preparando un real decreto que actualiza las normas básicas de ordenación de las granjas porcinas intensivas, con el objetivo de potenciar su bioseguridad y su sostenibilidad medioambiental.
El proyecto de real decreto salió a información pública el lunes 19 de noviembre. En el texto de motivos apunta que desde el año 2000 la evolución de los retos económicos, sociales y medioambientales de la producción ganadera, unidos a la necesidad de adecuarlos a un sector «en constante evolución», hacen necesario revisarla «en profundidad».
Además, señala que en materia de sanidad animal la dependencia exterior implica «evidentes riesgos» y hace «cada vez más necesario» asegurar el estatus sanitario de toda la cabaña porcina, por lo que el sector debe incorporar la bioseguridad como «verdadera red de protección del conjunto del mercado».
En el borrador se plantea que España debe incorporar compromisos de reducción de amoniaco y otros gases contaminantes y partículas volátiles, y ve «cada vez más necesario» que la producción porcina incorpore esos retos propios «de un sector moderno y heterogéneo».
Asimismo, se plantea una clasificación de las granjas en función del Registro General de Explotaciones Ganaderas, que incorpora tanto los tipos de granjas como una clasificación zootécnica que recoja la realidad cambiante de este sector.
También prevé establecer un reparto de funciones y deberes para todas las personas y entidades con responsabilidad en una granja, y considera de «especial relevancia» desarrollar la figura del veterinario y establecer un adecuado reparto de responsabilidades en la producción en régimen de integración vertical.
Propone incorporar un programa de reducción de emisiones, aplicable a todas las granjas a partir de una dimensión media
Sobre las condiciones de las granjas, el texto subraya la necesidad de garantizar un nivel mínimo en las condiciones de bioseguridad, con niveles progresivos de protección en función de la dimensión.
Propone incorporar un programa de reducción de emisiones, aplicable a todas las granjas a partir de una dimensión media, a través de la implementación obligatoria de Mejores Técnicas Disponibles (MTDs) recogidas por normativa comunitaria.
En cambio, no incluye requisitos adicionales relativos a la valorización agronómica de estiércoles, ya que se considera que debe abordarse de manera específica mediante otra norma.