El Gobierno francés presentó el 28 de mayo, durante una reunión del Grupo Nacional del Lobo (GNL), una serie de medidas para reforzar el plan del lobo.
El objetivo es tratar de conciliar mejor la actividad ganadera y la presencia del lobo, en un contexto de aumento de la población de la especie por encima de lo previsto. Según el Ministerio de Agricultura francés, ésta superará los 500 animales este año.
Como estaba previsto, el prefecto de la región de Auvernia-Ródano-Alpes (fronteriza con Suiza e Italia), que coordina estas cuestiones, anunció un incremento del porcentaje de lobos que puede cazarse, que pasa del 10% de 2018 al 17% en 2019.
Además, se reforzarán las medidas de protección (pastores, perros, vallas), sobre todo en las áreas donde se producen más ataques y se concentra la mayor parte de la población de lobos. Los ganaderos de esas zonas podrán realizar disparos defensivos “más adaptados como complemento de las medidas de protección”.
Los ganaderos de esas zonas podrán realizar disparos defensivos
Por otro lado, en las zonas donde se prevea el establecimiento de lobos en los próximos años se permitirá a los ganaderos que se anticipen, dándoles acceso a la ayuda financiera para adquirir perros. También se incrementarán las indemnizaciones por los animales atacados por los lobos con el fin de adaptarlas mejor a la pérdida sufrida por el ganadero.
El plan nacional del lobo francés, establecido para el período 2018-23, ha fijado el umbral de viabilidad de la especie en 500 lobos, un objetivo que estaba previsto que se alcanzara en 2023. Sin embargo, la ONCFS (Oficina Nacional de la Caza y la Fauna Salvaje) confirmará seguramente este año que ya se ha llegado a este umbral, mucho antes de lo previsto.
Según el Ministerio de Agricultura galo, esta evolución muestra la vitalidad de la población de lobos y la eficacia de la política de conservación de la especie. Pero al mismo tiempo obliga a proteger a los ganaderos. De acuerdo con sus datos, el número de animales atacados por lobos ronda los 12.000.
A pesar de esos anuncios, las principales organizaciones agrarias francesas sacaron “tarjeta roja al Gobierno” por esta “enésima reunión (…) que acaba sin aportar respuestas reales”.
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