“Las evidencias científico-técnicas muestran que los modelos de gestión basados en la eliminación de lobos no son efectivos a la hora de reducir el nivel de daños, ya que mantienen un conflicto continuo entre ganadería y lobo”.
Por su parte, “los modelos basados en medidas preventivas, coherentes con la necesidad de preservar su estado de conservación favorable, sí han demostrado, científicamente, constituir una alternativa adecuada para la reducción del conflicto y el avance hacia la coexistencia entre el lobo y la ganadería”.
Esta es la opinión del Comité Económico y Social Europeo (CESE), que se ha pronunciado sobre la propuesta de la Comisión Europea de rebajar el estatuto de protección del lobo en la UE en un dictamen aprobado el pasado 30 de abril.
Por ello, en sus recomendaciones da prioridad a las medidas preventivas, como investigar sobre técnicas de protección del ganado en los distintos tipos de explotaciones ganaderas y realizar evaluaciones individuales de las explotaciones de alto riesgo o con daños elevados para aplicar medidas de protección más adecuadas.
También aconseja fomentar la contratación de pastores profesionales que permanezcan con el ganado en aquellas zonas o épocas del año en las que podrían aumentar los daños o facilitar la cría y suministrar a los ganaderos perros guardianes.
Plantea que se indemnicen los daños de forma rápida y que cubran no solo la muerte de animales sino también otras consecuencias de los ataques de los lobos
Asimismo, plantea que se indemnicen los daños de forma rápida y que cubran no solo la muerte de animales sino también otras consecuencias de los ataques, como la dispersión de rebaños, abortos y lucro cesante de la ganadería.
En cualquier caso, recomienda que se desarrolle un protocolo coordinado de extracciones selectivas de lobos para orientar y facilitar la aplicación correcta y adecuada de las excepciones al régimen de protección de la especie, en cumplimiento de la legislación de la UE y de las legislaciones nacionales.
El dictamen del CESE admite que el impacto de los lobos sobre la ganadería a nivel local “puede inducir una presión notable sobre determinadas zonas, con pérdidas económicas directas e indirectas difíciles de cuantificar y afecciones emocionales para los ganaderos”. Por eso considera necesario reducir las “interacciones negativas” con las explotaciones ganaderas y potenciar y gestionar la coexistencia. Sin embargo, insiste en que el cambio de estatuto jurídico “debe ir acompañado de sólidas garantías que aseguren el mantenimiento del estado de conservación favorable de las poblaciones de lobos”.
El caso de España
El organismo precisa que algunos países presentan un estado de conservación favorable mientras que otros se enfrentan a riesgos de superpoblación de lobos y en algunas zonas están en descenso; cita el caso de Sierra Morena, en España, el único Estado miembro donde una población de lobos se ha extinguido recientemente.
Ello “pone de manifiesto que existen poblaciones en retroceso, lo que refuerza la necesidad de mantener su protección. Además, las poblaciones de lobo ibérico presentan una baja variabilidad genética, lo que las hace más vulnerables a factores de riesgo que otras poblaciones más pequeñas, pero genéticamente más diversas”.