En el mercado nacional predominaron los descensos en los precios de los cereales durante la semana pasada, salvo el trigo duro que aumentó, según los últimos datos recopilados por la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE).
El descenso más significativo se registró en el precio de la cebada que bajó 1,8 euros por tonelada, al pasar de 191,09 euros a 189,27 euros por tonelada.
La cebada de malta disminuyó 0,8 euros por tonelada, cotizando a 200,50 euros por tonelada. El trigo blando también bajó ligeramente 0,3 euros por tonelada situándose de media en 203,44 euros por tonelada. El maíz se mantuvo prácticamente sin cambios y cotizó a 185 euros por tonelada.
Por el contrario, el precio del trigo duro registró un aumento de 1,6 euros por tonelada y se situó en 215,50 euros por tonelada, según datos de ACCOE.
La FAO revisa al alza la producción mundial
Según las últimas previsiones de la FAO para 2018/2019, la producción mundial de cereales ascenderá a 2.611 millones de toneladas, cifra ligeramente superior a la estimación de diciembre. A pesar de las revisiones al alza de este mes, la producción mundial de cereales sigue estando un 1,8% (47,4 millones de toneladas) por debajo del máximo histórico de 2017.
La producción mundial de arroz alcanzará los 514 millones de toneladas, es decir, un 1,5% más que en 2017 y 1,2 millones de toneladas por encima del pronóstico de diciembre. En cuanto a la producción mundial de cereales secundarios la FAO indica que ascenderá a 1.368,9 millones de toneladas (+0,8% con respecto a diciembre) y un 1,7% inferior a la de 2017. Por último, la producción mundial de trigo se situará en 728,4 millones de toneladas, es decir, un 4,2% menos que en 2017 y 3,3 millones de toneladas por encima del pronóstico de diciembre.
Fuerte disminución de la superficie de trigo duro en Francia
El instituto técnico francés Arvalis estima que la superficie de trigo duro podría registrar este año una caída de hasta el 25% en este país respecto a 2018, con lo que se situaría en 268.000 hectáreas.
Según sus responsables, esa evolución se debe a la falta de rentabilidad del cultivo y a las dificultades de siembra. En algunas regiones, la disminución alcanzaría el 30% mientras que en otras sería algo más moderada, en torno al 15%.