La campaña de recogida de la aceituna en Toledo se ha visto envuelta en polémica a cuenta de las sanciones que dos inspectoras de trabajo han impuesto a los agricultores por la ausencia de aseos portátiles en el campo, procedimiento que «no va a seguir adelante», según ha informado Unión de Uniones.
El presidente de la organización en Castilla-La Mancha, Andrés García Vaquero, ha explicado que el conflicto se originó en las inspecciones de localidades de Toledo como Villamuelas, Villasequilla o Mora, en dos de las cuales se levantaron actas por la falta de aseos portátiles para que los trabajadores hagan uso de ellos.
La sanción económica podía llegar «hasta los 40.000 euros», en función del estudio de la documentación que la inspección solicite y la resolución final de la denuncia, ha detallado la organización.
La Ley exige tener aseos en las instalaciones «pero no en cada olivar, en cada viña o en cada tierra»
En este sentido, García Vaquero ha recordado que la Ley exige tener aseos en las instalaciones, es decir, en las naves donde habitualmente los profesionales del sector guardan los tractores y las herramientas de trabajo, «pero no en cada olivar, en cada viña o en cada tierra».
Por ello, cuando los agricultores se pusieron en contacto con la organización para pedir su ayuda, remitieron una nota de prensa a los medios de comunicación para denunciar la situación.
En el comunicado la Unión de Uniones pedía a la inspección de trabajo que recapacitara y suspendiera estas conductas inspectoras que tachaban de «ridículas» y que, a su juicio, estaban generando «intranquilidad y animadversión» entre los profesionales del campo.
Las quejas llegaron también mediante un escrito hasta la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y hasta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de la organización a nivel estatal y, finalmente, se ha logrado que el procedimiento no siga adelante.
