El margen neto de los distribuidores de aceite de oliva fue negativo en la campaña 2020/21

De acuerdo con el estudio de la cadena de valor que se presentó durante la última reunión del pleno del Observatorio de la Cadena Alimentaria

aceite

Los olivareros y envasadores obtuvieron márgenes netos positivos procedentes de su actividad en la campaña 2020/21 mientras que el de los distribuidores fue negativo, de acuerdo con el estudio de la cadena de valor del aceite de oliva virgen extra (AOVE) correspondiente a esa campaña, que se presentó durante la última reunión del pleno del Observatorio de la Cadena Alimentaria.

Según este documento, en la fase agraria, el coste de explotación (2,520 euros/kg) fue inferior al precio percibido por los olivareros (2,582 euro/kg), de forma que estos obtuvieron un beneficio neto de 0,062 euros por kilo de AOVE. En la fase de primera transformación, los resultados arrojan un beneficio para las almazaras de solo 0,001 euros/kg.

Los autores del estudio precisan que en este resultado no se contemplan ningún otro tipo de ingresos que pueden obtener las almazaras, por ejemplo, por la gestión de subproductos, y consideran que en futuros estudios convendría incorporar esos otros posibles beneficios. Por su parte, los envasadores obtuvieron un beneficio de 0,206 euros/kg de AOVE y, por último, los distribuidores perdieron 0,231 euros/kg. No obstante, apunta el estudio, el margen bruto (precio de venta-precio de compra) fue de 0,051 euros.

Al igual que los informes realizados de las dos campañas anteriores, el objetivo del estudio es conocer y analizar la estructura y los costes de las distintas fases de la cadena, el precio percibido por los agentes que intervienen en las mismas y el margen neto obtenido por las actividades que realizan. Todo ello con el fin de que los operadores tengan la información necesaria para diseñar sus políticas empresariales.

En la fase de producción, los costes varían considerablemente dependiendo del tipo olivar, así como del peso de la mano de obra familiar

El informe constata que, en la fase de producción, los costes varían considerablemente dependiendo del tipo olivar, así como del peso de la mano de obra familiar. Y también están muy influidos por el volumen de la campaña, ya que aumentan a medida que la cosecha disminuye.

En el caso de las almazaras también es muy importante el volumen de producción y el rendimiento de la aceituna, así como el tamaño de la instalación. Los autores del informe apuntan que “la influencia del volumen de producción sobre el coste de extracción debería hacer pensar a los responsables de las almazaras sobre la conveniencia o no de molturar en una campaña corta o buscar alianzas estratégicas para la molturación o acuerdos con otras almazaras de la zona”.

En la fase de envasado es clave el tamaño de la envasadora; también en este caso, “los responsables de las envasadoras pequeñas deberían pensar en la conveniencia o no de externalizar el proceso de envasado y/o buscar alianzas o fórmulas de integración para este proceso”.

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