En 2019 continuará la actualización de las normas de calidad y reglamentaciones técnico-sanitarias en el ámbito agroalimentario. José Maria Ferrer, responsable de Derecho Alimentario del Centro de Investigación AINIA, ha hecho un avance de lo que nos deparará el próximo año en materia de legislación agroalimentaria.
Apunta que, según ha notificado el Gobierno en el Plan Normativo 2018 y en posteriores comunicaciones sobre estas materias, las normas de calidad se refieren a los siguientes productos: aceites de oliva, aceites vegetales, miel, conservas vegetales, galletas, patatas fritas y productos de aperitivo, así como caldos, consomés, sopas y cremas.
En primer lugar, Ferrer ha señalado que «es previsible que las primeras actuaciones las veamos en materia de aceite de oliva, con lo que se derogará el Real Decreto 308/1983 y contaremos con una nueva norma de calidad aplicable» a este producto.
Algunos de sus elementos principales serán la mejora de la trazabilidad como ancla para aumentar el control de la calidad del producto, la separación regulatoria entre los aceites de semillas y aceites de oliva y las cuestiones relacionadas con una mayor apertura e información en el etiquetado que permitirá, por ejemplo, que la mención «aceite de oliva», únicamente se podrá utilizar para la denominación de los aceites contemplados en esta norma.
Dicha mención no se podrá utilizar combinada con otras palabras para denominar ningún otro aceite, aunque sí se podrá utilizar acompañada de otras palabras en la denominación descriptiva de un alimento, cuando vaya precedida por expresiones tales como “alimento a base de…” “preparado alimenticio…” “aliño o aderezo elaborado con…” “mezcla de aceites…”.
En cuanto a las conservas vegetales, Ferrer ha señalado que la actualización “se centrará en tres ejes fundamentales: la simplificación de los productos y sus formas de presentación; la adaptación de los defectos y sus tolerancias al desarrollo tecnológico de los procesos de elaboración, y la actualización de la información alimentaria facilitada al consumidor. De esta forma se pondrá al día una regulación que ya tiene 40 años (Real Decreto 2420/1978)”.
También tendrá lugar la revisión sobre el origen de la miel, que permitirá modificar la norma de calidad vigente, del año 2003 (Real Decreto 1049/2003), aportando información más clara sobre los distintos orígenes de la miel que se comercializa en España.
Actualizaciones pendientes de 2018
Respecto al resto de productos alimenticios que es probable vean revisado su marco legal a lo largo de 2019 -aceites vegetales, galletas, las patatas fritas y productos de aperitivo, así como caldos, consomés, sopas y cremas- se trata de normas que ya estaba previsto revisar en 2018, de acuerdo con el Plan Normativo que publicó en diciembre de 2017 el Gobierno. Por tanto, es factible que con algo de retraso se aprueben estas nuevas disposiciones.
En el ámbito de la Unión Europea se aprobará en 2019 la futura regulación sobre transparencia y sostenibilidad de la determinación del riesgo en la cadena alimentaria.
“La propuesta de la Unión Europea se centrará en garantizar una mayor transparencia, permitiendo a los ciudadanos el acceso a la información relacionada con la seguridad presentada por la industria en el proceso de determinación del riesgo. Además, se creará un registro europeo común de los estudios encargados, para garantizar que las empresas que solicitan una autorización presenten toda la información pertinente”, ha apuntado Ferrer.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), podrá exigir estudios complementarios con cargo al presupuesto de la Unión. También se prevé que los Estados miembros participen más en su estructura y comisiones técnico-científicas.
Por último, Ferrer ha recordado que el 14 de diciembre de 2019 será aplicable el Reglamento 625/2017 sobre control oficial para los alimentos. Dicho reglamento tiene gran importancia para el sector alimentario, ya que regulará los controles oficiales «poniendo el acento en la confianza del consumidor y la lucha contra el fraude a través de controles más eficaces y armonizados en el seno de la Unión Europea».